viernes, 5 de agosto de 2011

El caso práctico, conclusión.


Hoy que hago la última reflexión sobre el tema y pienso como empezar este texto, me doy cuenta de que las conclusiones no son tan emocionantes, o al menos no hay ninguna novedad para las mamás que ya pasamos por todo el proceso de toma de decisiones en relación al trabajo y la maternidad.
Sobre el caso práctico que les comenté a lo largo de la semana, la protagonista hace una serie de aclaraciones después de desglosar su agenda diaria, y cito textualmente: “… sabía que mucha gente pensaba que tenía una vida ideal. Sin embargo, en privado, solía explicar que se trataba de una “imagen prefabricada” para transmitir la sensación de que “tenía la situación bajo control”. La preocupaba mucho no poder cumplir con sus obligaciones de la manera en que le hubiera gustado. Sentía que su desempeño laboral no era suficiente y que sus hijos estarían mejor si ella no trabajara. Dijo: “No estoy feliz con mi vida diaria. Me gustaría ser más organizada en el trabajo y tener más cantidad de tiempo para dedicarle a mi familia, pero son deseos contrapuestos”. La angustiaba el hecho de que sus hijos no recibieran suficiente atención de sus padres. Al mismo tiempo, explicó: “Quiero seguir siendo exitosa, acceder a puestos más altos, con mayores responsabilidades””.
Creo que después de leer este texto cada quién puede sacar sus propias conclusiones, pero lo que es una realidad compartida, es esta dualidad que actualmente vivimos las mujeres que tenemos aspiraciones profesionales y que somos madres.
Señalaba uno de los alumnos de la clase: “(la del caso) es una mujer muy egoísta”; por un momento hubo silencio absoluto, nadie lo negó, pero creo que la mayoría de las presentes estábamos de acuerdo (nadie lo dijo), en que un hombre no tiene la autoridad ni el derecho para hacer esa clase de juicios, porque a pesar de que ellos tienen grandes responsabilidades con respecto a la familia, y otras tantas en relación al trabajo, la gran mayoría no tiene que pasar por esta complicadísima decisión.
Lo que es cierto, es que nadie tiene la verdad absoluta en relación a este tema, cada caso es distinto y cada mujer es distinta, y por lo tanto, debemos respetar nuestras respectivas elecciones y decisiones.
Me pareció muy acertado cuando Carol señaló en la entrada del 7 de Julio (¿oficio?), que nosotras somos nuestras peores enemigas. Cuando decidimos quedarnos en casa con nuestros hijos, es inevitable sentir algunas pasajeras frustraciones, pensar en el éxito laboral que sacrificamos y si algún día podremos retomar nuestra profesión. Aunque no es mi caso, he leído y platicado con algunas madres que decidieron continuar en su trabajo, por necesidad o por gusto, y el sentimiento de culpa las acecha constantemente, y aunque están convencidas de que tomaron una decisión acertada, es necesario el auto convencimiento esporádico.
Mi objetivo no es desmotivar a la población femenina en general, por el contrario, este análisis fue un reconocimiento a la difícil tarea que tenemos las mujeres, y al valor que se requiere para tomar la inminente decisión de dejar o seguir en el trabajo, cualquiera que esta sea.
La maestra citó una frase que me pareció por demás real y conmovedora: “el tiempo es un recurso no renovable”, y es cierto, debemos reflexionar en qué lo invertimos porque se va volando. mj 

Ilustración: Carmen Lara

1 comentario:

  1. Estuve leyendo los comentarios de otras partes del caso práctico, y llegué a mi propia conclusión, la cual les comparto. Creo que las mujeres, de alguna forma nos sentimos obligadas a ser perfeccionistas, y a tener balanceadas todas las cosas que forman nuestra vida. Definitivamente me considero así.Con una obligación conmigo misma por ser "la mejor yo" que pueda ser, pero nos olvidamos de una parte importante: somos humanas! y si no tenemos momentos de crisis, o si no pedimos ayuda.. estamos en el hoyo!

    Después de analizar el caso, creo que la mujer descrita es más teórica que práctica, y que para llegar a conocerla tendríamos que observar críticamente distintos panoramas o bien, distintos días de su vida. Qué tal algún día donde se le enfermen los niños, o se le ponche una llanta, se le acabe el gas o se le haga tarde por no escuchar el despertador, esas son cosas que sí sacan a relucir la verdadera mamá y mujer que llevamos dentro.

    Reitero que para la crianza y el éxito de la maternidad/paternidad lo importante es el trabajo en equipo, ya sea con la pareja, la familia o con quien se comparta tan importante labor. Y con esto poder luchar diariamente por alcanzar cada una de las metas que se plantean todas las personas: personales, laborales, espirituales, etc.

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