jueves, 3 de noviembre de 2011

Más diálogos...


Siempre quise ser mamá. Cuando me preguntaban qué quería ser de grande, contestaba que maestra o abogada (las profesiones de mis papás), porque la gente ya no aprobaba que en esta vida sólo quisieras ser mamá. Siempre fui la nana de mis primos más chicos, incluso cuando estaba con una de ellas pensaba que exactamente eso iba a sentir por mis hijos. Sí es muy parecido.
Cuando me casé una de mis tías me rogó que por favor me esperara para embarazarme, al menos un año para no pasar mi primer aniversario con achaques. Claro que quería esperar… pero la espera me pareció eterna.

Cuando me embaracé fui la mujer más feliz del mundo y tuve un embarazo sin achaques ni complicaciones. Cuando nació mi hija nunca me sentí fuera de lugar. Ese era Mi lugar, por fin, esposa y mamá. Una noche que mi hija lloraba por horas seguidas, de repente pensé: “¡con razón hay niños abandonados!” Aclaro que nunca me pasó por la cabeza abandonar a mi hija, ni dejarla para volver a trabajar como abogada. Llegué a estar muy cansada, muy desvelada y adolorida por la episiotomía, pero nunca quise renunciar a ella. Como para todas las nuevas mamás, las primeras semanas fueron difíciles, y aunque de momento no tuviera la solución, traté de no desesperarme y confié siempre en que todo tenía remedio, que el pediatra o el ginecólogo, mi mamá o el Espíritu Santo me iban a sacar del apuro. Y ya habrá tiempo después para volver a trabajar y a tener más tiempo para mí.

Mi hija me ha dado los momentos más felices de mi vida, estando solas, o con papá, o con cualquiera de sus abuelos o primos. He visto lo mejor de todas las personas cuando están alrededor de ella. Y he disfrutado cada momento. También he visto a mis amigas luchar contra la depresión post parto y sentirse tan agobiadas, que dudo que vean tantos momentos lindos, opacados por su angustia.

El cansancio es normal, físico y mental. Pero si sienten que algo está mal, que no son felices, que no ven cómo pueda mejorar la situación, por favor, no esperen, ¡¡¡BUSQUEN AYUDA!!! Y si el doctor te dice que es normal y que ya pasará, busca ayuda en otro lado. He estado investigando un poco y me da la impresión que aunque la Depresión post parto está siendo tomada en cuenta como una realidad, las que la padecen no buscan la ayuda a tiempo porque es parte de su problema, porque “claro que es difícil y tienes que poder con todo, eres mamá!” “Ya pasará”… y no es así. Si conocen a alguien que esté pasando por esto, traten de ayudar, que no pierdan momentos increíbles por una situación que puede tener solución.

Les comparto algunos enlaces, como el del centro médico de la universidad de Maryland, y de Ethel Soriano, de programa de radio Crónicas de salud, que el 1 de noviembre de 2011 trató el tema, para más información.
Con cariño,
Gisella Vázquez


Federación mexicana de colegios de ginecología y obstetricia A. C.
Colegio de Médicos Gineco-Obstetras del Estado de Jalisco

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