jueves, 3 de noviembre de 2011

Día de Muertos vs Halloween



Esta semana se celebraron el día de muertos y halloween, días festivos que tienen distintos orígenes y provienen de distintos países, pero que básicamente tienen el mismo trasfondo.

Según mi investigación, la primera documentación de palabra Halloween, es encontrada en un documento del siglo XVI, y es una derivación de la expresión inglesa All Hallows' Eve(víspera de Todos los Santos). El halloween es una tradición que tiene su origen en una festividad céltica, conocida como Samhain, que significa fin del verano. Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el otro mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados, mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. Esta tradición llegó a Estados Unidos aproximadamente en el año de 1840, transmitida por los inmigrantes Irlandeses durante la gran hambruna irlandesa; ellos difundieron la costumbre de tallar calabazas huecas y poner velas dentro, inspirados en la leyenda de “Jack el tacaño”.

Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota, y luego le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas.
 
La internacionalización del Halloween se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión.

Por su parte, El Día de Muertos es una celebración que honra a los difuntos el 2 de noviembre, aunque comienza desde el 1 de noviembre y coincide con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha, nahua y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. Para los antiguos mexicanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión católica, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido y no por su comportamiento en la vida. Los entierros prehispánicos eran acompañados de ofrendas que contenían dos tipos de objetos: los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría necesitar en su tránsito al inframundo.
 
Para mí, como mexicana, el día de muertos es una celebración importante, y me parece que es una costumbre que debemos fomentar y tratar de conservar para que nuestros hijos y las generaciones que siguen la conozcan y disfruten; es incluso tan relevante, que en noviembre de 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) distinguió a la festividad de Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Actualmente en México, por la víspera de estos días festivos, se desatan algunos debates sobre la importancia de una costumbre sobre la otra, particularmente en el norte del país, en donde se ha ido perdiendo la costumbre del día de muertos, lo cual coincido que es una lástima.
 
Yo, por mi parte, creo que se pueden celebrar las dos fechas sin mayor problema o enfrentamiento. El Lunes pasado disfrazamos a mi hijo como una panzona y anaranjada calabaza, y salimos con nuestros vecinos a pedir halloween, lo cual le pareció por demás divertido y de muy buen gusto. Y el martes, lo vi asombrado y atento a la explicación que les daba una maestra de su escuela a los alumnos de preescolar, en relación al altar de muertos tradicional que elaboraron.

En fin, las costumbres y tradiciones como éstas se transmiten por observación, si nosotros las seguimos y les damos la importancia, ellos también se interesarán y las seguirán, no tenemos porqué sentirnos amenazados con los disfraces y la invasiva mercadotecnia halloweenesca. mj

Fuente:


 

Imágen: Carmen Lara

1 comentario:

  1. Yo soy una mexicana en Detroit, Michigan, mi esposo es norteamericano y su familia también, así que me siento un poco fuera de lugar de vez en cuando. Tenemos 2 hijos, uno de 3 y una de 8 meses. Desde el principio de nuestra relación planteamos las diferencias en nuestra cultura y forma de vivir y a pesar de que acordamos cosas para cuando tuvieramos una familia, lo hemos ido enfrentando verdaderamente hasta que lo tenemos que hacer. Este año en particular celebramos las dos cosas: Halloween y Día de muertos, vestimos a los niños con 3 diferentes disfraces para los eventos a los que fuimos y también pusimos un altar en el porche de la casa, le expliqué a mi hijo paso por paso y lo que significa cada cosa, y mi esposo estuvo feliz de ayudarme. Terminamos por acordar que no es una competencia o 'Una cosa o la otra...'
    :-)

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