miércoles, 20 de julio de 2011

Mis sueños...


Siempre he sido de esas personas que tienen sueños muy reales, desde que era una niña me despertaba asustada o amanecía sintiéndome extraña, algunas veces triste y hasta un poco desubicada. Recuerdo perfectamente algunos sueños de cuando tenía menos de seis años, lo sé porque todavía vivíamos en la Ciudad de México, y en una ocasión incluso grité tan fuerte que llegaron mis papás a preguntarme si estaba bien.
Esa vez soñé que nos habían robado, era en un lugar extraño, y mi Papá había decidido perseguir al ladrón para golpearlo; yo corría desesperada atrás de él tratando de alcanzarlo, para evitar que le pasara algo. Después de muchos años que me acordé y lo reflexioné, llegué a la conclusión de que ese sueño se debió, a que por esas fechas habían robado la casa que teníamos en Cuernavaca, y fueron de esos eventos que me parecieron de lo más aterradores, e incluso me daba muchísimo miedo regresar cada vez.
Así, a través de los sueños desahogo muchas de mis preocupaciones, tristezas, frustraciones y también, algunas veces, disfruto momentos de felicidad con personas que ya no están con nosotros, ó, cómo cuando estaba embarazada y aún dormía, pensaba en mi hijo que llegaría en pocos meses, lo imaginaba y despertaba llena de alegría y de energía por lo que me esperaba en el futuro.
En general eran sueños positivos, pero también ocasionalmente, y como es natural cuando estás esperando un bebé, tu mente está llena de miedos y angustias, principalmente sobre su salud y bienestar físico, y eso también se refleja cuando duermes y dejas de ser consciente y de controlar lo que piensas.
Quise escribir sobre los sueños, porque además de que ha sido algo determinante en mi vida, últimamente he tenido sueños muy angustiantes con mi hijo; sueño que me lo roban, o que se golpea muy fuerte, y otros que no les compartiré porque son demasiado drásticos y no quisiera sugestionarlas para que sueñen algo parecido con sus hijos. Pero el caso es que no descanso, despierto agotada por haber sufrido durante la noche, pensando que algo le pasó realmente y resulta verdaderamente desgastante.
Probablemente son preocupaciones normales de una mamá, el hecho de que esté creciendo tan rápido y sea más independiente me aterra, porque siento que cada día lo puedo proteger menos, o alomejor también tiene que ver que últimamente lo noto con miedo, que según Carol que sabe mucho más que yo de estos temas, es normal a su edad.
El hecho es que no me queda más que hablarlo y compartirlo, por experiencia sé que cuando menos en mi caso, las pesadillas solo se detienen cuando tengo la mente libre y tranquila, y a veces son tan fuertes mis preocupaciones que evito compartirlas por evitar afectar a terceros, como a mi esposo o a mis papás, que es lo último que necesitan.  
Afortunadamente tenemos este espacio, en dónde sé que muchas de ustedes me entienden e incluso han pasado por lo mismo, así es que no me queda más que platicarles mis sueños para conseguir una buena noche de descanso. mj
Ilustración: Carmen Lara

1 comentario:

  1. Hola Michelle, me encanta su blog, definitivamente te puedo decir q comparto en especial éste, a mi también me aterra soñar q algo le pasara a mi pequeña y esos sueños si q desgastan. Pienso q es parte de empezar a soltar a los hijos y darnos cuenta q llegará el momento donde empezaran a enfrentar muchas cosas solas.
    Les envio un gran abrazo.
    Emilia

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