Una decisión difícil que los padres tenemos que tomar cuando nuestros bebés empiezan a crecer, es cuándo los dejaremos dormir solos en su cuarto; y es que no sólo es la separación física, sino que implica muchos otros factores que descubres cuando realmente das ese paso.
Mi esposo y yo nos convencimos de la necesidad de que finalmente durmiera en su cuna, en principio porque mi hijo desde que nació tiene la costumbre de dormir con los brazos arriba, y en esa posición ya no cabía en su bambineto; también tuvo que ver la temperatura en la que podíamos tener el cuarto, porque empezaron los calores de verano y con un bebé tienes que tener mucho cuidado al prender un ventilador o dejar la ventana abierta, así es que mi esposo se derretía y no dormía en toda la noche. Otro de los motivos, que ahora considero por demás importante, fue el retomar nuestra vida de pareja en todos los sentidos; es una realidad que cuando llegas a tu casa con un bebé recién nacido, toda tu atención y energía, absolutamente toda, está dirigida a esa personita, y eso a la larga puede afectar tu relación de pareja.
En nuestro caso, que al principio como es normal resultamos unos papás algo aprensivos, y considerando que mi hijo siempre ha sido sumamente sensible al ruido, cuando llegaba su hora de dormir se apagaban todas las luces y todos nos metíamos a la cama como momias, evitando cualquier molestia o provocación que implicara que se despertara y estuviera activo por dos horas hasta que lográramos volverlo a dormir.
Nos habíamos olvidado de todas (si, de todas) nuestras actividades nocturnas, y como es lógico, la relación de pareja se empieza a tensar y se generan inevitables problemas.
En un principio, a mi me costó mucho trabajo acostumbrarme al monitor, que cuando menos el mío es de los normalitos que solo escuchas la respiración o cualquier ruidito que hagan, pero ahora existen unos con video, e incluso hay unos que te avisan si el bebé efectivamente está respirando. Mi aprensión no llegó a tanto, pero les confieso que al día de hoy que mi hijo tiene quince meses, sigo durmiendo con el monitor prendido, más por costumbre que por otra cosa, pero estas últimas semanas ha resultado nuevamente útil, porque las lluvias y pesadillas lo despiertan ocasionalmente.
Definitivamente no creo que exista una regla o un tiempo límite para que tu bebé duerma en su propia recámara, debe ser una decisión que los papás tomen cuando ya se sientan tranquilos y confiados de que es lo mejor para su hija o hijo, pero según lo que yo leí en esos días en que lo estábamos considerando, mientras más te esperas puede representar más ansiedad y sufrimiento para el bebé.
También es muy importante que en lo posible, te apegues a ciertos horarios y rutinas para que tus hijos identifiquen la hora de dormir, no sólo en la noche sino también en sus siestas. En mi caso, soy sumamente estricta con los horarios de mi hijo, Carol no me dejará mentir porque ella incluso me ha hecho reflexionar en algunas ocasiones que yo, con reloj en mano, llevo a mi hijo a la cuna aunque no parece que tiene sueño, pero la verdad en general me ha funcionado. De esa forma empiezan a identificar su cuna, su cuarto, y en menos de lo que te imaginas, ellos mismos te llevan de la mano cuando quieren descansar un rato. mj
Ilustración: Carmen Lara
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