lunes, 25 de julio de 2011

La maternidad y las redes sociales



Actualmente existe un gran debate al rededor del uso de las redes sociales, algunas personas las consideran la salvación para la comunicación mundial, y otras las satanizan y descalifican argumentando el fin de las relaciones personales.

Yo no soy ni de un extremo ni de otro, pero confieso que estoy más inclinada hacia el uso mesurado de estos medios de comunicación, en particular por el Facebook que fue un gran aliado durante mis primeros meses de maternidad.

En los treinta años que tengo de vida, nunca me he caracterizado por ser una persona desvelada, mis Amigas no me dejaran mentir, por lo general yo era de las primeras en abandonar las reuniones y fiestas por que de plano era más mi sueño. Cuando estábamos en periodos de exámenes, prefería levantarme tempranísimo para estudiar, porque si intentaba leer en las noches era imposible concentrarme y mantener los ojos abiertos.

Así las cosas, imaginen mi sorpresa (porque aunque te digan desde antes que duermas y aproveches las noches nunca te cae el veinte en realidad) cuando llegué a mi casa con mi diminuto bebé, y desde la primera noche se despertó para comer cada dos horas.

Definitivamente los desvelos fueron de las dificultades más grandes a las que me enfrenté, obviamente de la mano con la lactancia, que era el principal motivo por el que mi esposo no me podía ayudar en las noches, y como ya se los comenté antes, el sacaleches y yo nunca fuimos amigos.

Y en esas noches largas y silenciosas, como bien las describió mi Amiga Bere, no me quedaba más que navegar por internet con mi celular. Lo curioso y reconfortante, era que yo no era la única mamá que se metía a facebook para hacer menos pesado el desvelo; seguido me encontraba a amigas en esa misma situación, y aunque no nos comunicáramos directamente, me tranquilizaba el hecho de que no era yo la única mamá tratando de mantenerme despierta.

Es chistoso cómo pasa el tiempo, y me ha tocado ver crecer a mi ahijada que vive en San Antonio, a mis sobrinos, a hijos de mis amigas, y también de personas que conozco poco, a través de esta red social. Con las fotografías que comparten mis contactos, prácticamente he presenciado partos, primeros gateos, primeros pasos y primeras frustraciones, y así las demás etapas que involucra la maternidad, e incluso la paternidad.

Se me ocurrió el tema para la entrada del día de hoy, porque la semana pasada me enteré, a través de facebook, que nació el hijo de una prima segunda de Texas que hace más de quince años que no veo. Creo que cuándo menos a mi esposo y a Carol ya los tengo hartos, porque les he contado cada detalle que me he enterado desde que ella estaba embarazada; desde sus extraños antojos que atribuyo a nuestras diferencias culturales,  sus largas noches de insomnio que le ocasionaban discusiones con el esposo, hasta las larguísimas horas de parto y la feliz llegada de su bebé.

Anoche antes de acostarme, me metí a facebook para enterarme de los últimos chismes (porque tampoco nos hagamos tarugos, es un excelente medio para enterarte de las últimas noticias de tu círculo de conocidos), y vi que mi prima había publicado que por el momento, se había dado por vencida con la lactancia, que estaba agotada con las levantadas en la noche, y que le había resultado profundamente estresante y frustrante.

No puede ser, dije en voz alta, y mi esposo con temor me preguntó ¿ahora qué?, como si ya supiera que le iba a platicar la última novedad de mi prima que él jamás ha visto en su vida. De inmediato me sentí con la obligación de animarla, de escribirle que no se dé por vencida, porque cabe aclarar que una inmensa cadena de mujeres le escribió que no se preocupara, que era normal y que la fórmula era lo máximo. En fin, me sigo debatiendo si será prudente escribirle, si no se asustará porque su prima lejana se entrometa en un tema tan personal.

Para concluir un tema que puede dar para cientos de entradas, no me queda más que recomendarles nuevamente que, a través del medio que ustedes decidan, se comuniquen con otras mamás, porque siempre es un alivio saber que no eres la única con tan peculiares problemas y frustraciones. mj

Imágen de Carmen Lara

1 comentario:

  1. me gusta! Aunque debemos pensar muy bien qué compartimos y con quienes, para muchas, las redes sociales son nuestro contacto con el mundo. Yo reanudé el contacto con una niña (yo la recuerdo de 10 años de edad) que regresó al Perú hace más de 17 años, después de vivir algunos años en Guadalajara. La encontré casada, ambas buscábamos bebé y nos llegó con un mes de diferencia. He seguido cada paso de su bebé con el mismo cariño que lo haría si de verdad pudiera abrazarlo. Ahora mi hija ya no me desvela... pero sonrío con cariño al ver los comentarios que las nuevas mamás publicaron a las 4 de la mañana.

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