a mi mamá
Mientras veo con odio el
cúmulo de chocolates, flores y regalitos dispuestos en cada comercio de la
ciudad, pienso: ¿de verdad algo de eso me hará sentir y festejar más
profundamente mi experiencia en el mundo de la maternidad? ¿necesito que todo
Facebook se inunde con frases, citas e imágenes melosas para sentirme más
mamá?. La verdad es que toda la parafernalia en torno al día me hace sentir un
poco escéptica e incomoda, no sé muy bien por qué pero trataré de explicarles.
Ya he dicho hasta el
cansancio que ser mamá ha sido la experiencia de mi vida, el subir y bajar de
emociones, el descubrimiento más profundo de lo que soy y puedo ser como
persona, la efervescencia del amor a niveles exponenciales. En pocas palabras
ser mamá me ha hecho incursionar un poquito en el mundo de la locura, en donde
comparto estados de ánimo maniacos o depresivos con Lucía por cuestiones tan
simples como el hallazgo de un chicle o la perdida de un muñeco.Todo esta a flor de piel
¡siempre!, el mundo en los años que llevamos juntas ha sido un pequeño caos
compartido, en el que se espera que yo sea la voz adulta y responsable, en
donde ser mamá significa en repetidas ocasiones fingir un bienestar que no
encuentro dentro de mí.
En el tiempo que llevo de ser
madre la culpa y el miedo me respiran en la nuca, escucho voces que me acusan
todo el día con preguntas y afirmaciones que no deberían de ser tan severas:
¿de verdad, te vas a atrever a darle sopa otra vez, lleva dos días sin comer
verduras?, ¡deja de revisar Internet y hazle caso a tu hija que quiere un vaso
de agua!, ¡si importa si no se baña hoy, trae las uñas llenas de tierra y los
pies pegostiosos y olorosos, anda prepara el agua!, ¿ese moco es verde o
amarillo, estará volviendo la alergia?, ¿por qué no ha cantado mucho el día de
hoy, se sentirá triste o cansada?, ¿qué diablos significan éstos berrinches,
algo estoy haciendo mal para que se porte así?.... podría seguir por horas
narrándoles el torrente intelectual que habita mi mente, pero no serviría de
mucho, porque son ideas que solo tienen significado en el momento y contexto en
el que pasan por mi cabeza.
El caso es que en medio de la
vida de contradicciones y aspavientos que me he acostumbrado a llevar, celebrar
el día de las madres lo siento más como una obligación que un regalo. Por otro
lado, como hija siento la necesidad de hacer algo por mi mamá de decirle lo
importante que es para mi, lo fundamental que ha sido, es y será por siempre en
mi vida... ¡Ahí está el meollo del
asunto! Para mí el día de las madres tiene sentido como hija, no como
madre.
Como madre celebro y padezco
todos los días, las ocasiones más sencillas me hacen sentir profundamente feliz: el olor de mi niña al despertarse, sus bracitos alrededor de mi cuello antes de
irse a la escuela, su grito alegre cuando me ve llegar por ella, sus canciones
desafinadas en medio de las actividades más mundanas, sus abrazos y besos
pegostiosos, su existencia en mi vida es el recordatorio absoluto de que soy
madre y lo celebro en el amor, el cansancio y las frustraciones que acarrea la
maternidad.
Como hija el día de las
madres tiene una tonalidad distinta. Lo celebraba sincera y elocuentemente
antes de ser mamá, pero desde que Lucía llegó, mi gratitud y amor por mi mamá
se han vuelto incuantificables. Celebro con bombo y platillo
que a los dieciocho años fue una mamá alerta, atenta y siempre presta a las
necesidades y caprichos de su hija, celebro que a pesar de que tuvimos que
compartir la adolescencia nunca dejo de amarme y de estar en cada momento y en
cada rincón, celebro que me enseño y me acompaño en las experiencias más
difíciles y extrañas de mi vida, celebro que es alguien que con el ejemplo
siempre me ha enseñado a reinventarme y encontrar algo qué hacer y disfrutar,
celebro ante todo, que su capacidad de amar es tan grande, que a pesar de haber
padecido el dolor y la perdida más profunda, a pesar de haber perdido y
enterrado a un hijo, su amor por quiénes nos quedamos siguió y su júbilo entre
las lágrimas y la pena siempre encuentra algo de esperanza para dar un pasito
después del otro.
Tal vez el peso del día de las
madres tiene que ver con la pérdida y el dolor que inevitablemente embarga a mi
mamá en oleadas durante todo el mes, tal vez tiene que ver con mi miedo a no
ser suficiente para Lucía o mi incertidumbre de lo que vivirá en el futuro y el
dolor que sé que a pesar de mis intentos no podré evitarle. La maternidad es un
vaivén de vida hecha y esperada, el baile silencioso de lo que nos configura
como seres humanos. Tal vez porque una mamá es tanto, la existencia de un día para celebrar me
parece prefabricada.
A pesar de todo ¡feliz día de
las madres!, un abrazo fuerte, cj
Ilustración de mi
mamá
Gracias por compartir tu entrada con la cuál me identifico de todo corazón. Al pasar los años me doy cuenta que todo esfuerzo como madre vale la pena, sobre todo al ver a nuestras hijas convertidas en mamás y siguiendo con la gran tarea de amor y entrega total. No olvides que te llevo cerca de mi corazón y que no seré tu madre, pero mi amor hacia tí es incondicional. Feliz día de las madres.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte querida Carol!. No podias haberlo expresado mejor, tantos sentimientos encontrados.. te invito a celebrarte este dia, encuentra tu propio festejo, tu propia celebracion, tu propio mensaje de !Felicidades, logre otro ano!!!. Te admiro y me encanta la forma que te expresas, yo quisiera expresarme asi, ja, ja!! Un abrazo fuerte, celebrate, tomate una copita de vino a tu salud!
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