martes, 24 de mayo de 2011

Compartir el embarazo (parte1)

Cuando decidimos crear este blog para compartir algunas de nuestras experiencias como mamás, acordamos que nuestras historias no irían en un orden cronológico, sino que escribiríamos lo que iba pasando en nuestro día a dia; sin embargo, creo que es importante que para que nos conozcan un poco mejor, tengan un panorama real de nuestra relación como hermanas.

Siempre hemos sido sumamente cercanas, desde que éramos niñas nos volvimos inseparables, Carol me perseguía para sobar la fuente que mi mamá hacia con mi pelo, y yo hacia lo que fuera para que mi hermana mayor me incluyera en sus juegos. A lo largo de la vida pasamos por diferentes situaciones que pusieron a prueba nuestra relación, algunas de las más conmemorativas son por ejemplo cuando Carol entró a la universidad y se fue a vivir a otra ciudad, cuando nos casamos, y sin duda la más significativa para mi al día de hoy, fue cuando nos embarazamos con seis semanas de diferencia.

Cuando Carol y su esposo se aparecieron en nuestro departamento para contarnos que una prueba de embarazo les había salido positiva, yo senti una de las alegrías mas grandes que había sentido en mi vida, empece a brincar y a llorar como si fuera yo la que estaba esperando un bebe. Las semanas siguientes comíamos juntas casi todos los días y no parábamos de hablar de lo que vendría en el futuro, a quien se parecería su hijo o hija y demás fantasías que se vienen a la mente con una noticia tan increíblemente feliz. Mi esposo y yo por nuestra parte, a diferencia de lo que el mundo a nuestro al rededor se imagina, ya habíamos planeado buscar un bebe cuando cumpliéramos dos años de casados, y tuvimos la gran suerte de encargarlo en uno de los primeros intentos.

Estábamos de viaje cuando le comente a mi hermana que tenía un ligero retraso y que me sentía algo diferente, ella insistió en que fuéramos a una farmacia de inmediato a comprar una prueba de embarazo, y el resto es historia...todos nos abrazábamos felices por la noticia, no imaginábamos en ese momento todo lo que implicaba pasar por ese proceso simultáneamente.

Las semanas pasaron y nuestra relación empezó a cambiar, las dos vivíamos situaciones diferentes en nuestras vidas y por azares del destino Carol y su esposo se fueron a vivir a otra ciudad. En un principio yo llore mucho, me parecía irónico que justo en ese momento que podíamos compartir tantas cosas nos tuviéramos que separar, pero ahora lo veo desde otra perspectiva, y creo que fue lo mejor que nos pudo pasar.

Para no hacer el cuento largo, durante casi siete meses nos detestamos sin motivo alguno, la familia estaba harta de que no podíamos vernos sin insultarnos, criticarnos, y no había forma de hacernos entrar en razón; probablemente fueron las hormonas, otros se lo atribuyen a la relación tan cercana que tenemos y que nos hacia falta disfrutar por separado un momento tan especial, en fin, pudo haber sido cualquier cosa, pero el hecho es que el embarazo es algo que definitivamente no compartimos como hermanas.

El dia que nació mi sobrina, Carol me habló temprano para darme la noticia, yo con mi panza de siete meses de embarazo me bañe lo mas rápido que pude y corrí al hospital a conocerla, y como magia, desde el instante en que entre al cuarto las cosas entre nosotras volvieron a la normalidad. De verdad que la maternidad te cambia por completo, el hecho de ver a un ser tan diminuto y quererlo tanto desde el primer momento es un sentimiento indescriptible; exactamente seis senanas después nació mi hijo, desde ese dia no deja de sorprenderme la forma en que mi hermana lo quiere, ese primer dia le corto las uñas, y siempre que lo ve lo ataca con abrazos y besos y le pone un apodo diferente.

En resumen, mi hijo sin duda me ha dado los momentos mas felices de mi vida, todos los dias me sorprende y me da un motivo para quererlo un poco más si eso es posible, pero siempre le voy a agradecer, a él y a mi sobrina, que me trajeron a mi hermana de regreso. mj

2 comentarios:

  1. Michelle, creo que este texto llega a redondear el excelente inicio de su blog... me encantó y casi me hace llorar, es que últimamente ando de un sentimiento que no sabes! Oye, tengo que preguntarte si no le tomaste foto a tu gordito con el collar del perro y el candelabro en la mano, jejeje.
    Un abrazo!!!

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  2. Hola Y, gracias por escribirnos!!. Pues no le tomé fotos por que resulta que se vuelve loco cuando ve una cámara, la arrebata, la muerde y la azota contra el piso, así es que algunos recuerdos los conservo en mi mente con el propósito de conservar mi cámara viva. Un abrazo!.

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